Los "fans" de John Ford consideran esta película como un film menor dentro de su filmografía, pero dar esta calificación a un film del mejor director de westerns de la historia es, a nuestro criterio, un aspecto que tiene una importancia relativa.
Argumentalmente es un film muy sencillo. A través de flashbacks constantes, narra el consejo de guerra al que se ve sometido el cabo Rutlege, soldado ejemplar de raza negra del 9º regimiento de caballería de los Estados Unidos, acusado de un doble asesinato y de la violación de una mujer blanca.
El filme es heredero de dos de los grandes géneros del cine americano: el western y el drama judicial.
Lo que nos ha llamado la atención es el tono de la película ya que, a pesar de tratar un hecho tan dramático, el director nos muestra un tribunal a veces superficial y en otros muy humano. Como en todos los westerns, no puede faltar el whisky y una timba de cartas en el momento más insospechado. Y como en tantos westerns de John Ford, no puede faltar el humor y la ironía sobre una tierra y una época que debían ser de condiciones durísimas. Pero esto no nos puede hacer olvidar que con este filme Ford fue uno de los primeros en atreverse a tratar un asunto tan delicado en su país como el de los prejuicios raciales hacia los negros.
Hecha con una gran economía de medios, los pocos escenarios exteriores son de una belleza excepcional. Y contribuye a esta experiencia la música popular americana que subraya la historia, constante también imprescindible en las películas de John Ford.
El Bufet Molina Bosch te recomendamos que visiones esta película, que seguro te transportará a aquellas sesiones de sábado tarde, tumbado en el sofá de casa después de una buena comida.